Su fallecimiento se debió a un tumor inoperable.

Gus, el querido oso polar que habitaba en el zoológico del Central Park de Nueva York desde hacía 25 años y al que visitaron más de veinte millones de personas a lo largo de su vida, ha muerto debido a un tumor inoperable, informó hoy la institución en su web.

«Gus era un icono del zoológico del Central Park y una gran fuente de alegría para nuestros visitantes y equipo», se lamentó Jim Breheny, vicepresidente ejecutivo de zoos y acuarios de la Asociación para la Conservación de la Vida Salvaje (WCS, por su sigla en inglés).

El oso polar, nacido en 1985 en el zoológico de Toledo (Ohio) y trasladado a la Gran Manzana tres años después, tuvo que ser sacrificado el martes tras diagnosticársele un tumor inoperable en el área tiroidea, después de días sin apetito y con dificultades para tragar.

Gus vivió más que la media de los osos polares, de unos 20,7 años, y, según los medios locales, no volvió a ser el mismo desde que su compañera, Ida, murió en 2011 a los 25 años, por lo que el New York Times incluso le dedicó una columna titulada «El solitario oso polar».

Empezó a estar «lánguido, paseando encorvado por su hábitat y nadando poco, obviamente confundido y enormemente trastornado por la desaparición (de su compañera)», escribía entonces el diario sobre la relación de dos osos que incluso compartieron una cena romántica preparada por la famosa chef Rachel Ray en 2006.

De unos 450 kilos y encumbrado a la fama por los medios de comunicación debido a su obsesiva rutina de nado, Gus era un «importante embajador de su especie, llamando la atención a los problemas que estos osos sufren en su vida salvaje debido al cambio climático», concluyó Breheny.