Un hombre fue sentenciado a muerte el sábado por el asesinato de la niñera de sus hijos para impedirle que declarase en un juicio que él la había violado.

Franklin Davis admitió en la corte que había matado a Shania Gray, de 16 años, describiendo cómo la atrajo a su auto afuera de su escuela, le disparó y arrojó el cadáver a un río. Pero dijo que la había matado en venganza y por odio, no para obstruir la causa de violación en su contra.

Un jurado en Dallas declaró culpable a Davis de homicidio premeditado el martes.

Gray fue recordada como una niña vivaz y amigable que jugaba baloncesto a menudo a la entrada de su casa. La mayor parte de la gente que la conocía no sabía que ella estaba en el eje del juicio de violación contra Davis.

La madre de Gray le dijo a la policía en Mesquite, un suburbio de Dallas, que Davis había violado a la niña cuando ésta cuidaba a sus hijos. Davis le mostró sus genitales y violó a la muchacha en cuatro ocasiones en el 2011, de acuerdo con una declaración jurada de la policía.

Davis continuó negando las acusaciones en el juicio.

«Ella mintió», dijo Davis en el estrado, de acuerdo con la televisora KTVT, de Dallas. «Arruinó mi vida. Me lo quitó todo, todas las cosas por las que trabajé tanto. Ella me las arrebató».

En los días previos a la muerte de Gray, Davis la llamó por teléfono y le envió mensajes de texto haciéndose pasar por un adolescente y haciéndole preguntas sobre el caso de violación. El día del asesinato, Gray recibió un mensaje que le decía que su nuevo amigo estaba esperándola afuera de la escuela.

Los abogados de Davis dijeron que éste estaba haciendo su propia investigación porque la policía no lo hizo. Pero la fiscalía rechazó esa noción.