La rebaja histórica de la calificación de la deuda de Estados Unidos, y la espectacular caída de las bolsas de valores no tuvieron el lunes efecto alguno sobre la manera en que la clase política en Washington está librando la batalla sobre el presupuesto federal, particularmente en lo que se refiere los impuestos.


El presidente Barack Obama renovó su búsqueda de un nuevo acuerdo sobre el presupuesto que reduciría los déficits conteniendo el gasto en los programas de ayuda social y aumentando los impuestos sobre los ricos, esencialmente la misma posición que asumió el mes pasado, antes de que se vinieran abajo sus esfuerzos por lograr un acuerdo más amplio sobre el déficit con los republicanos.
Los republicanos del congreso reconocieron que ahora enfrentarán nuevas presiones para acordar aumentos de los impuestos como parte de un acuerdo amplio sobre el déficit, pero volvieron a descartar un alza de los gravámenes en las negociaciones.
Al mismo tiempo, los dos partidos principales señalaron que no ven ninguna necesidad de acelerar las negociaciones sobre el déficit por medio de un comité especial del Congreso establecido por el último acuerdo sobre la deuda. Ese comité tiene a su cargo completar los detalles restantes de una reducción del déficit en $2.5 billones, aunque los analistas dicen que eso no es suficiente.
Obama dijo que presentaría una oferta detallada para ayudar a ese panel, dentro de algunas semanas. Y el Congreso no hizo ningún movimiento para poner fin a su receso de agosto.
Los líderes del Congreso tienen programado designar a los ocho miembros antes del 16 de agosto. El panel está obligado a celebrar su primera reunión antes del 16 de septiembre.