Entre los funcionarios que lo consideran un traidor, al menos uno dijo que se hizo justicia.

El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, calificó la condena del soldado Bradley Manning por espionaje como un episodio de «extremismo de seguridad nacional» mientras que otros simpatizantes expresaron alivio de que haya sido absuelto del cargo más grave.

Entre los funcionarios que lo consideran un traidor, al menos uno dijo que se hizo justicia.

De la corte a varias capitales de otros países, la gente asimiló el significado de un veredicto que absolvió al soldado de un cargo por ayudar al enemigo, que podría haberle representado una posible cadena perpetua, pero lo halló culpable de otros cargos que, juntos, también podrían enviarlo a prisión por el resto de su vida. Manning enfrenta hasta 136 años en prisión si recibe la máxima sentencia en una audiencia que inicia el miércoles.

En Washington, los líderes republicanos y demócratas del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes aplaudió el veredicto en un mensaje vía Twitter que también menciona el caso de Edward Snowden, el ex analista de la NSA que reveló los programas de espionaje estadounidense.

«Se hizo justicia hoy», dijo el representante republicano Mike Rogers, de Michigan. «El soldado Manning (al igual que Snowden) es un criminal que abusó de información secreta, violó la confianza pública y dañó la seguridad de EEUU».

Glenn Greenwald, el periodista, analista y ex abogado defensor de los derechos civiles que fue el primero en informar sobre la divulgación de los programas de espionaje del gobierno por Edward Snowden, dijo que la absolución de Manning del cargo de ayudar al enemigo significó una «diminuta esquirla de justicia».

Y Christian Stroebele, un legislador alemán del opositor Partido Verde, tuiteó: «Manning merece respeto por poner al descubierto el belicismo asesino de Estados Unidos en Irak».

Pero el grupo Reporteros sin Fronteras dijo que el veredicto es una escalofriante advertencia a los informantes, «contra quienes el gobierno de (Barack) Obama libra una ofensiva sin precedentes», y amenaza el futuro del periodismo investigativo ya que fuentes intimidadas podrían permanecer en silencio.

Fuera del tribunal, partidarios de Manning brindaron a su abogado David Coombs un aplauso prolongado y le gritaron «gracias»; pero también lo presionaron sobre lo que significa el veredicto para el destino del soldado.

«Hoy es un buen día», dijo Coombs, «pero Bradley de ninguna manera está fuera del fuego».

Manning admitió haber entregado a WikiLeaks más de 700,000 reportes de campo de batalla y cablegramas diplomáticos, así como un video del ataque de un helicóptero de Estados Unidos en 2007 que mató civiles en Irak, incluido un fotógrafo de la agencia de noticias Reuters y su chofer. El soldado dijo durante una audiencia previa al juicio que filtró el material para exponer la «sed de sangre» de las fuerzas armadas estadounidenses y las falacias diplomáticas, pero que no creyó que sus acciones dañarían al país.

Su defensa lo retrató como una persona ingenua pero bien intencionada. Los fiscales lo calificaron como un anarquista y traidor.

Muchos partidarios dentro y fuera del tribunal vestían playeras con la palabra «truth» (verdad) escrita en ellas para mostrar que consideran a Manning un informante que sólo trató de poner en descubierto la mala conducta del gobierno.

«Las prioridades del gobierno están patas arriba», dijo en el lugar Widney Brown, directora de derecho internacional y política de Amnistía Internacional.

Funcionarios «se han negado a investigar acusaciones creíbles de tortura y otros crímenes bajo el derecho internacional a pesar de las pruebas abrumadoras», señaló Brown, pero «decidieron procesar a Manning, quien parece estaba tratando de hacer lo correcto: revelar pruebas creíbles de la conducta ilegal del gobierno».

«Parece claro que el gobierno estaba buscando intimidar a cualquiera que pudiera considerar revelar información valiosa en el futuro», dijo Ben Wizner, del Proyecto Discurso, Privacidad y Tecnología de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU en inglés).

En el extranjero, Anatoly Kucherena, abogado ruso de que está trabajando con Snowden, señaló meramente: «todos los casos son individuales. No deberíamos tomar el caso de Manning y compararlo con Snowden».