No caben dudas de que Juan Pablo Montoya es uno de los deportistas más importantes en la historia de Colombia. Ha sido el único piloto del país en correr en la Fórmula 1, dejando siempre en alto la bandera nacional en los circuitos más importantes de la máxima categoría del deporte del motor. Desde los cinco años empezó su pasión por la velocidad, que hoy lo tiene despuntando en las grandes ligas del automovilismo mundial como lo es la Indycar.

Montoya es, ante todo, uno de los escasos pilotos que han participado en casi todas las categorías del automovilismo: Indycar, Nascar y Formula 1. Sólo el rally escapa al currículum del expiloto de las escuderías de Williams y McLaren en los años 2000.

En la notable hoja de vida del piloto bogotano aparecen triunfos en las carreras más importantes de la Fórmula 1, como el Gran Premio de Mónaco, el de Gran Bretaña, el de Italia, las 500 Millas de Indianápolis y las 24 horas de Daytona, lo que lo llevan a convertirse en uno de los pocos automovilistas en conquistar las pruebas más tradicionales del mundo.

Como en 2000 y 2015, Juan Pablo Montoya quiere volver a tomarse la leche mítica del gran premio de Indianápolis. El bogotano, de 40 años de edad, afronta esta nueva edición como un nuevo desafío en su exitosa carrera deportiva.

Este domingo (10:00 a.m. Espn +) partirá desde la posición 17 de la parrilla de salida de la edición 100 de las 500 millas.

En la actual temporada en la Indycar, Juan Pablo Montoya ocupa el tercer lugar de la clasificación general, con un total de 160 puntos, a 82 de diferencia del líder de la competición, el francés Simon Pagenaud.

Aunque todavía no piensa en el retiro de las pistas, Montoya, junto a su Fundación Fórmula Sonrisas, está apoyando una iniciativa en el país que busca ayudar a los niños más necesitados para que puedan obtener una bicicleta que les permita llegar a sus escuelas y a su vez estén ligados a la actividad deportiva.

“Desde que conocí este proyecto me encantó, desde la fundación siempre hemos buscado como objetivo principal mejorar la calidad de vida de los niños colombianos”, dijo el deportista colombiano sobre el proyecto Mi Bici Postobón.

“Desde mi punto de vista, la falta de transporte es el primer obstáculo para una familia poder acceder a la educación, la salud y el trabajo. Entonces, dándoles una herramienta como son estas bicicletas les estamos dando la posibilidad de un mejor futuro”, declaró el piloto colombiano.

¿Se siente una leyenda por haber ganado dos veces en Indianápolis?

No, para nada. Estoy agradecido de tener la oportunidad de haber ganado esta carrera y, sobre todo, la última en el equipo Penske y con mi familia.

Para un piloto de su categoría, ¿qué significa Indianápolis?

Para cualquier piloto Indianápolis es una carrera histórica. Me preparé para ganarla otra vez.

Aparte de ganarla, ¿qué otros recuerdos o enseñanzas le ha dejado Indianápolis?

Me acuerdo en la primera ganada que la leche estaba caliente… y no me agradó mucho. La verdad, es una gran experiencia sólo participar por la historia, por el público y ganarla, es muy especial.

¿Qué expectativas previas tiene antes de correr hoy las 500 Millas?

Ganar, como para todas las carreras. Para nosotros, mi equipo y yo, hemos estado trabajando para esta carrera como trabajamos para todas, porque siempre queremos ganar.

¿Qué balance hace de la temporada hasta el momento?

Ha sido una buena temporada, fue muy bueno haber empezado el año ganando. La carrera de Barber, que normalmente es una pista que me iba mal, resultó siendo una de mis mejores competencias, donde un quinto puesto se sentía como una ganada. Vamos carrera por carrera a ver qué pasa.

¿Para qué está en esta temporada?

Para ganar, como siempre. Mi único objetivo como piloto ha sido ese durante toda mi vida.

¿Ganando esta carrera salva la temporada?

Ganar las 500 Millas de Indianápolis es más grande que ganar el campeonato.

¿Qué enseñanzas le dejó el año pasado?

Lo que es de uno es de uno. Obviamente, uno tiene que trabajar muy duro para ganar, pero pueden pasar tantas cosas durante una carrera, que lo más difícil es ganar.

¿Hasta cuándo tendremos a Juan Pablo Montoya en los circuitos?

Hasta el día en que me aburra.

Fuente: El Espectador