Cristiano Ronaldo asumió el papel de superestrella este sábado al sumar ya su tanto número 42 en la Liga española, mientras que Leo Messi apenas apareció. 

El astro argentino del Barcelona no brilló en el ‘Clásico’ de este sábado en la 35ª jornada del campeonato español y quedó totalmente eclipsado por Cristiano, que batió el récord de goles en una misma edición de la Liga y la diana 54 en 50 partidos esta temporada, teniendo en cuenta todas las competiciones (media: 1,08 tantos por partidos).

Messi todavía domina en las estadísticas (63 tantos en 54, media de 1,16), pero este sábado no hubo comparación posible.

Los catalanes habían empatado provisionalmente gracias al chileno Alexis Sánchez en el 70, recobrando las esperanzas de ganar el partido, pero un contragolpe del alemán Mesut Özil permitió a Cristiano, que superó al argentino Javier Mascherano, batir al arquero Víctor Valdés (73).      

“íTranquilidad, tranquilidad!”, pareció decir el número 7 con un gesto considerado por algunos como una provocación, dirigido al público del Camp Nou, al que hizo callar con su instinto matador.  

Cristiano tenía su ‘vendetta’, tras haber pasado desapercibido en casi todos los ‘Clásicos’, por lo que medirse al Barça se estaba convirtiendo en un trauma, especialmente al quedar siempre a la sombra de Messi, el hombre que se ha llevado los tres últimos Balones de Oro.          

El portugués comenzó fuerte desde el primer minuto y ya en el 4 obligó a Valdés a intervenir.         

En el 21 probó suerte con un disparo y durante la primera mitad fue uno de los hombres más activos de su equipo.

En el 53 pudo haber recibido una amarillo por terminar una jugada que el árbitro ya había invalidado y en el tiempo añadido estuvo a punto de firmar el 3-1 con un disparo de falta.          

CR7 ya había conseguido el gol del triunfo en el único ‘Clásico’ ganado por el Real Madrid desde la llegada en 2010 del entrenador portugués José Mourinho, en la Copa del Rey (1-0) del año pasado.           

Messi, por contra, a pesar de intentarlo sin rendirse, no pudo disfrutar de ninguna ocasión clara, a menudo bloquedo por tres o cuatro jugadores blancos.