A una semana de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, más de 22 millones de personas ya votaron. Según el periódico The New York Times, las cifras de votación temprana de hispanos aumentaron en todos los estados y se espera que su participación sea mayor que en las elecciones de 2012.

Proyecciones del Pew Research Center establecen que 27.3 millones de latinos están autorizados para votar, lo que equivale al 12% del total de votantes. Sin embargo, se estima que hay más de 50 millones de latinos en Estados Unidos, y el futuro de todos ellos se verá impactado por los resultados de la elección.

Aula y Asfalto habló con algunos de esos millones de latinos que viven en Estados Unidos, con voz, pero sin voto. Cuatro latinos residentes en San Francisco nos contaron qué opinan de los candidatos y cómo ven su futuro en un país que se debate entre Donald Trump y Hillary Clinton.

El profesor

Armando Rodríguez es un mexicano de 24 años que vive en Estados Unidos desde 2013. Llegó al país como turista y se quedó en un valle de San Diego, California, trabajando en el campo. Pasó de ser profesor de inglés en Tijuana, a trabajar 8 horas bajo el sol cultivando la tierra en Pauma Valley.

“Vine por problemas que tuve en México con el Gobierno. Hice enojar a quien no debía enojar, así que tuve que venir para acá”, explica Rodríguez. Por ser bilingüe encontró un trabajo como mesero y más tarde se fue a San Francisco, donde solicitó y recibió asilo político.

Para él la campaña presidencial ha sido una broma que habla muy mal del país. Dice que “hay que elegir de los males, el menor” y ese sería Clinton, pues “Donald Trump le haría mucho daño a la economía y a la relación con otros países”.

Actualmente Armando Rodríguez trabaja como educador de salud en una clínica para pacientes con VIH. No se preocupa por el impacto de las elecciones en su futuro a corto plazo, pero sí cree que la victoria de Trump afectaría mucho a la comunidad latina y haría retroceder los avances de los últimos ocho años en materia de política migratoria.

El deportista

Ruano Rodrigues y su mamá dejaron Brasil en 2001. Entraron a Estados Unidos como turistas y nunca se marcharon. Ruano dejó el colegio a los 17 años para empezar a trabajar y ayudar a su mamá con los gastos. Hoy tiene 27 años y es mensajero en una compañía de entregas a domicilio en San Francisco.

No le cree a ninguno de los candidatos a la presidencia. Además, considera que Trump no debería siquiera optar a un cargo público: “Todo el que viene aquí como ilegal viene con algo en mente y eso es trabajar. Algunos optan por no hacer lo correcto y tomar lo que no les pertenece, pero la mayoría venimos aquí y trabajamos duro. ¿Qué está haciendo Trump por la gente trabajadora, además de hablar?”

Rodrigues no cree que una posible victoria de Trump afecte su futuro. Dice que al republicano no le sería tan fácil deportar a millones de indocumentados. Sin embargo, cree que las redes sociales tienen un sesgo que puede hacer que la gente se confíe en que Clinton va a ganar. “No se puede confiar en que se es la mayoría. Las redes sociales filtran muchas cosas, están jugando a las escondidas” cuenta el brasileño. Ésta es una lección que muchos aprendieron después del plebiscito sobre el acuerdo de paz en Colombia el pasado octubre.

Hace poco Rodrigues pasó una entrevista de empleo pero no lo contrataron por no tener papeles. A pesar de estas dificultades no piensa ni por un segundo volver a Brasil: “No valdrían la pena los 15 años que he pasado aquí. Voy a seguir intentando”. Todos los días practica jiu jitsu, un deporte de combate que él asegura le devolvió la esperanza: “el jiu jitsu salva vidas”.

La estudiante

Como miles de colombianas Mara Luz Marimón viajó a Estados Unidos con un programa que le permite estudiar inglés y trabajar cuidando niños. Lleva siete años en ese país y actualmente estudia negocios internacionales en el City College of San Francisco.

Esta joven de 27 años se siente parte de una comunidad de inmigrantes que no distingue entre “legales” o “ilegales”. Para ella todos los inmigrantes en Estados Unidos comparten la búsqueda de oportunidades, y la victoria de Trump acabaría con esas oportunidades.

“Si en este momento muchos tienen problemas para conseguir trabajo y sentirse libres, ¿cómo sería si Trump gana? Se comenzaría a sentir la presión de que eres inmigrante y no haces parte de esta comunidad” dice Mara.

El enfermero

Clases de inglés y dos trabajos. Esa es la rutina diaria de Henry Bustamante, un peruano de 36 años que llegó a Estados Unidos en 2013. Parte de su familia vive allí y por eso decidió dejar su natal Perú, donde trabajaba como enfermero.

A pesar de no poder votar, Bustamante cree que es muy importante debatir las propuestas de los candidatos y hablar con aquellos que sí pueden. No ve en ninguno de los candidatos a la Presidencia la opción ideal, pero al igual que Armando, Ruano y Mara, cree que Trump no tiene nada que ofrecerle a los inmigrantes.

Para Bustamante, Hillary Clinton va a ganar las elecciones. Ve en ella la línea demócrata de Obama, que es “más amigable con los latinos”. Dice que podría venir un trato más justo para los indocumentados y evitar que se separe a las familias: “Estoy de acuerdo con que deporten a los inmigrantes que cometen delitos, pero estoy en contra de que se separe a los padres de los hijos”.

El pasado lunes la BBC publicó “la encuesta de encuestas”, donde tomó las cinco encuestas más recientes sobre la intención de voto y estableció la media: Hillary Clinton obtuvo el 49% y Donald Trump el 46%.

En 8 días se sabrá quién va a llevar las riendas del país al que Armando, Ruano, Mara y Henry se fueron en busca de oportunidades, y si será el menor o el mayor de los males.