El Reino de Marruecos ha aceptado la ayuda de España, Reino Unido, Catar y Emiratos Árabes Unidos para hacer frente a las consecuencias devastadoras del sismo del viernes que ha dejado más de 2.800 muertos. Pero el Rabat, sin embargo, no ha dicho nada sobre la propuesta de Francia de enviar ayuda.

La ministra de Exteriores francesa, Catherine Colonna, aseguró que “Marruecos no ha rechazado ninguna ayuda, ninguna propuesta”, e insistió en que “Marruecos es soberano”, cuando se le preguntó por la ausencia de la asistencia francesa en terreno marroquí.

“(Marruecos) es el único que está en condiciones de determinar cuáles son sus necesidades y el ritmo al que quiere que se le den respuestas”, añadió Colonna.

Pero no deja de llamar la atención que Marruecos ya ha aceptado la ayuda de otros tres países, entre los que no se encuentra Francia.

Las relaciones entre los dos países no pasan por su mejor momento. La primera pelea es por el caso Pegasus. El presidente Emmanuel Macron y 14 de sus ministros fueron objetivos del espionaje marroquí por medio del programa Pegasus, lo que agregó tensión a los lazos entre ambos países.

Se trata de un escándalo de escuchas telefónicas que supuestamente permitieron al régimen marroquí espiar el teléfono personal de Emmanuel Macron a través de una empresa israelí

También está la presión del Rabat para que París reconozca la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental, controlado casi el 80 % del cual por Marruecos, algo a lo que el gobierno francés se ha resistido.

Marruecos ha criticado a Francia por no alinearse con Estados Unidos e Israel, que han reconocido la “marroquinidad” del Sáhara Occidental. Para Rabat, este debate ha sido declarado una “causa nacional”.

Por otro lado, también está el irrespeto de las autoridades marroquíes a los acuerdos migratorios, según denuncian funcionarios franceses. Marruecos, como Argelia y Túnez, se han negado a dar las autorizaciones consulares necesarias para que Francia realice las deportaciones de migrantes de estos países que ingresaron de manera irregular al país europeo.

Esto llevó a que Francia dictara una serie de visado a los marroquíes, que fueron levantadas el pasado diciembre, y que también habían tensado las relaciones. Desde hace meses, no hay embajador marroquí en Francia.

La lista de discusiones entre ambos es más larga. Otro elemento que ha llevado a la fricción entre París y Rabat ha sido el acercamiento del gobierno francés a Argelia. Emmanuel Macron buscó estrechar lazos con Argelia, que rompió relaciones diplomáticas con Rabat en 2021, acusada de “actos hostiles”.

Pese a todas estas fricciones, el presidente Macron afirmó este domingo que Francia está dispuesta a intervenir “en el segundo” en que las autoridades marroquíes lo soliciten, pero el amplio historial de agravios entre ambas naciones parecen hacer más difícil la cooperación.

Entre tanto, los equipos de rescate marroquíes, apoyados por refuerzos extranjeros, continúan el lunes sus esfuerzos para encontrar supervivientes y asistir a los cientos de personas cuyas casas quedaron arrasadas por el sismo.

El terremoto es el más grave en el reino desde más de seis décadas y devastó el viernes por la noche pueblos enteros en la región situada al suroeste de la turística ciudad de Marrakech (centro).