Todo el mundo ya sabe que Pablo Escobar muere. Esa, por supuesto, no es la gran apuesta de la nueva temporada de la serie «Narcos«, que estrena los capítulos el próximo 2 de septiembre. Si hace un año el reto al que más se enfrentaban los productores era que la gente pensaba que ya todo estaba contado sobre el capo del cartel de Medellín, este 2016 el desafío es «mantener este punto alto y hacerlo mejor aún. Esta segunda temporada, en nuestra opinión, es mejor porque se siente mucho más nuestra, tiene mucha más acción, más drama y todo pasa en un tiempo más corto«.

El colombiano Andy Baiz, quien ejerce como director de cuatro capítulos (3, 4, 9 y 10) y productor creativo de la serie, afirma que en entre los cambios más significativos de la historia se destaca el poder de los personajes femeninos y cómo se exhibe el descenso del narcotraficante, que bien podría describirse como una lucha de policías contra ladrones.

«La primera temporada abarca diez años de la vida de Escobar, mientras que esta sólo narra un año y medio, entonces hay cierta adrenalina, es una serie que se mueve con un dinamismo muy rápido», dice el director recordado por las películas «La cara oculta» y «Satanás».

La vida familiar de Pablo Escobar es muy importante y los personajes femeninos cobran vital relevancia, como es el caso de Paulina Gaitán, quien encarna la esposa; Cristina Umaña que hace de Judy Moncada (esposa del narcotraficante Julio Moncada) y Martina García, quien debuta en la serie.

Al igual que la primera entrega, el plus de «Narcos» es contar una historia de la vida real desde el punto de la ficción y con ayuda de imágenes de archivo, una mezcla que le permite reflexionar al televidente y entender el villano que fue Pablo Escobar, ya que Netflix y la productora colombiana Dynamo tienen una «responsabilidad» con la audiencia de recordar lo que hizo, aunque el equilibrio también les permite mostrar al «humano que amaba a su familia y esa parte se desarrolla de manera muy eficaz».

En ese momento, según el colombiano, entra el poder de la actuación del brasileño Wagner Moura (quien interpreta a Escobar), pues su misión no es juzgar la maldad del personaje, sino enamorar al televidente. «Y entramos en una dicotomía porque está haciendo tan bien su papel, que como creadores, productores y directores tenemos que decir ‘un momento, acuérdense que él es un villano’, y eso en la serie está clarísimo«.

También se muestra cómo para eliminar a «un monstruo» se juntaron «fuerzas que nunca debían juntarse» y el ascenso de otros villanos como el cartel de Cali, los Pepes (Perseguidos por Pablo Escobar), Carlos Castaño y  Diego Fernando Murillo, más conocido como ‘Don Berna‘.

Los suscriptores de la plataforma digital Netflix se encontrarán entonces en «Narcos 2» una historia contada a través de diez episodios cargados de «acción», la cual se traduce en bombas, balas, explosiones, helicópteros y persecuciones que en palabras de Baiz «se transcribe a que se ve como una película grande y no a televisión», por lo que el producto se «siente fresco, como si se estuviera haciendo mientras lo ves. No se siente acartonado, se siente vivo».