Madrid.- La actriz y cantante Sara Montiel, fallecida hoy en su domicilio de Madrid a los 85 años de edad, ha sufrido «una muerte súbita» y todo apunta a que se ha debido a causas naturales, según han informado a Efe fuentes sanitarias.
Una ambulancia de los servicios de emergencia de Madrid acudió al domicilio de la artista para intentar socorrerla, si bien los sanitarios no pudieron hacer nada por su vida.
Fuentes sanitarias han explicado que ha sido el SUMMA, quien ha acudido al domicilio madrileño de la cantante y ha sido la dotación de la ambulancia ha sido la encargada de realizar las maniobras de recuperación cardiopulmonar.
El cuerpo de la artista ha salido ya del domicilio, al que han acudido decenas de periodistas y curiosos, trasladado por un coche del servicio judicial.
Sara Montiel ha sido una de las actrices y cantantes internacionales con mayor proyección internacional, mucho antes de que Hollywood oyera siquiera hablar de la industria cinematográfica española.
Nacida en La Mancha, en la localidad de Campo de Criptana (Ciudad Real), María Antonia Abad Fernández, verdadero nombre de Sara Montiel, fue la diva por excelencia del cine español, icono de sensualidad y mito del cuplé, trabajó en medio centenar de películas y publicó más de una treintena de discos.
Esta belleza hispana, a la que dieron en llamar «manchega universal», que cautivó a la empresa cinematográfica más fuerte del mundo, en los años cincuenta por su belleza llegó a compartir cartel con figuras como Gary Cooper y Burt Lancaster en la película «Veracruz».
En España protagonizó uno de los grandes éxitos del cine español «El último cuplé» (1957), por cuyo 50 aniversario recibió un homenaje en Miami.
Pronto se convirtió en todo un mito erótico, una artista que interpretaba seductoras canciones a la estela de un puro: «Fumando espero», «Bésame mucho», «La violetera» o «Amado mío».
En la meca del cine americano firmó contratos millonarios para Warner Bross y United Artits, trabajó con directores como Anthony Mann -su primer marido- y enamoró en la pantalla a galanes como Cooper, Lancaster o Charles Bronson.