El parecido físico entre el personaje del demonio de la serie «The Bible», interpretado por el actor marroquí Mohamen Mehdi Ouazanni, y el presidente de EE.UU., Barack Obama, desató hoy polémica en el país, donde se cuestiona si esto esconde un mensaje político.

La semejanza entre el televisivo satán y Obama fue convertida en tema de conversación en las redes sociales por el comentarista conservador cristiano Glenn Beck, quien el domingo preguntó a sus más de 640.000 seguidores en Twitter si el diablo de la serie de History Channel era como «ese tipo», en referencia al presidente de EE.UU.

Beck acompañó su tuiteo con una imagen del personaje interpretado por Ouzanni, encapuchado y con rostro serio, que fue repescada por los medios de comunicación del país, desde los diarios hasta la prensa especializada, y comparada con instantáneas de Obama para constatar que el parecido era razonable.

Ouzanni había participado anteriormente en telefilmes de historia religiosa como «David», «Jeremiah», «In the Beginning», y «The Ten Commandments».

History Channel aún no ha salido al paso de los comentarios que han incrementado el interés sobre una serie de 10 capítulos convertida en éxito desde su primer episodio emitido a principios de marzo y que congregó a más de 13 millones de espectadores.

Según The Hollywood Reporter, «The Bible» cuenta entre sus responsables con productores que contribuyeron económicamente a la campaña para la elección de Obama en 2008, así como la Convención Nacional Demócrata de 2009 y otros candidatos del mismo partido.

Esos mismos productores se encuentran detrás de programas sobre Donald Trump y Sarah Palin.

«The Bible» es la nueva producción de History Channel tras «The Kennedys» y «Hatfields & McCoys».

No es la primera vez que una serie de televisión se ve envuelta en una polémica de este estilo.

Sin ir más lejos el año pasado los creadores de «Game of Thrones» tuvieron que pedir disculpas por la utilización de cabezas similares a la del expresidente George W. Bush en secuencias de personas decapitadas.

David Benioff y D.B. Weiss reconocieron que se empleó el modelo de rostro de Bush por motivos de presupuesto.