Jim Willett recuerda la noche del 6 de diciembre de 1982, cuando estaba asignado a custodiar la furgoneta fúnebre que arribó al pabellón de ejecuciones de la prisión de Huntsville.

«Yo me acuerdo que pensé: Realmente vamos a hacerlo. Va a suceder de veras», dice Willett, que fue capitán del Departamento de Prisiones de Texas.

Cuando la camioneta se alejó a la mañana siguiente, llevaba a una funeraria cercana el cadáver del asesino convicto Charlie Brooks, que había convertido en el primer prisionero en Texas en ser ejecutado desde el fallo de la Corte Suprema seis años antes que permitió la reanudación de la pena de muerte en Estados Unidos.

Lo que fue inusual se ha vuelto rutina. El miércoles, Kimberly McCarthy se va ser la 500ma prisionera en ser ejecutada en Texas.

Esa cifra es mucho mayor que el total de ejecuciones en cualquier otro estado. Eso refleja además la realidad de la pena capital en Estados Unidos en la actualidad: Aunque algunos estados han suspendido las ejecuciones en años recientes a causa de preocupaciones sobre condenas injustas, otros continúan inmutables.

La pena de muerte está en las leyes de 32 estados. Texas ejecuta aproximadamente a un recluso cada tres semanas.

Aún así, mientras McCarthy se prepara para morir por inyección letal en la Unidad de Huntsville, es claro que Texas también ha sido afectada por el debate sobre la pena capital. En años recientes, legisladores estatales han proveído más opciones de sentencia para jurados y cortes que han educido el número de casos en los que puede ser aplicada la pena de muerte. Al garantizar análisis de ADN para reclusos y proveer sentencias de cadena perpetua sin libertad condicional, Texas pudiera estar pudiera estar en un paso más lento hacia la ejecución de su próximos 500 reclusos.

«Es un sistema muy frágil» con el cambio de actitudes, dijo Mark White, que fue el secretario de Justicia de Texas cuando Brooks fue ejecutado y gobernador del estado de 1983 a 1987, cuando 19 fueron ejecutados.

«Existe una gran diferencia entre justo y cruel… Pienso que Texas está ganando una reputación de ser sanguinaria, lo que no es bueno».