El presidente estadounidense, Donald Trump, presumió hoy de ser abstemio hasta el punto de no haber bebido ni «una cerveza» en su vida, y dijo que sería «un desastre» si lo hubiera hecho.

«Yo no bebo. Puedo decir honestamente que no he bebido ni una cerveza en mi vida. Es una de mis pocas virtudes», aseguró Trump en la Casa Blanca. «Nunca he tomado una copa de alcohol. Nunca he tomado alcohol, por la razón que sea. ¿Pueden imaginarse si lo hubiera hecho? Vaya desastre sería. Sería el peor del mundo», agregó.

Los comentarios de Trump llegaron en una rueda de prensa en la que defendió a su nominado al Tribunal Supremo de Estados Unidos, Brett Kavanaugh, quien ha sido acusado por varias mujeres de cometer abusos sexuales contra ellas mientras se encontraba supuestamente bajo los efectos del alcohol.

El mandatario opinó que, aunque Kavanaugh señaló que le gusta la cerveza y que ha tenido algunas dificultades con el alcohol esto no es un impedimento. El juez “no es un hombre que haya dicho que es perfecto con respecto al alcohol», subrayó Trump, pero opinó que eso no debería impedir a la gente «hacer lo que quiere hacer con su vida».

El presidente Trump, que reiteró su completo apoyo a su nominado, aseguró también en una conferencia de prensa desde la Casa Blanca que Kavanaugh se había mostrado muy «abierto» sobre su pasado. «Me sorprendió su manera de decir con franqueza que le encanta la cerveza», dijo Trump, quien cuestionó las diferencias entre la versión del magistrado y los testimonios de antiguos compañeros de la universidad.

El FBI abrió una investigación a petición del Senado después de que tres mujeres acusaran al magistrado conservador de 53 años de haberlas agredido sexualmente cuando estaba borracho durante la década de 1980.

Trump ha reconocido en varias ocasiones que la razón por la que es abstemio es que su hermano mayor, Fred, murió debido al alcoholismo cuando tenía 43 años. «Él tenía un problema con el alcohol y me decía: no bebas, no bebas», recordó el mandatario en un discurso en octubre de 2017.

El presidente solicitó una investigación adicional por parte de la policía federal tras la audiencia del juez y de su primera acusadora, Christine Blasey Ford, tras la petición de la oposición y de algunos senadores republicanos.

«La Casa Blanca está haciendo lo que quieren los senadores, estoy abierto a todas sus demandas», aseguró Trump, agregando que no quiere que esta investigación se convierta en una «caza de brujas» contra el juez que, según él, ya ha sido «terriblemente mal tratado».