Ernesto Sabato nació el 24 de junio de 1911 y murió este último 30 de abril, muy pocas semanas antes de cumplir cien años, lo que no le quita su condición de hombre centenario. Condición que le permitió ser testigo y partícipe de profundos y traumáticos cambios dentro de varios procesos políticos y culturales que, dado su carácter, no lo dejaron indiferente sino que lo involucraron desde siempre con el destino de su patria y el de la humanidad entera.

En sus libros y, a lo largo de toda su obra y de su vida, Sabato dejó el sello de su profundo sentido ético, de su inclaudicable lucha en la defensa de sus ideales, de su tozudez y persistencia en la búsqueda de las grandes verdades.