Un clásico caserío, ubicado en un pintoresco paraje montañoso a medio camino entre las localidades francesas de Banca y Saint Etienne de Baigorry, es el escenario del último golpe policial contra la cúpula de la banda terrorista ETA.

A orillas de un río ideal para la pesca de la trucha, la casa rural Agorerreka ofrece a sus clientes cuatro habitaciones con nombres como «Txistu» o «Ttun-ttun» y una cocina basada en productos de la tierra.

Pintada de blanco y rojo, la casa, a la que se accede a través de una pista y que se halla enclavada entre dos frondosas colinas alberga a sus visitantes por precios de entre 60 y 45 euros en un ambiente tradicional caracterizado por la piedra y la madera.

En ese caserío algo apartado, a una decena de kilómetros de la frontera con Navarra, fueron detenidos los presuntos jefes de ETA, David Pla e Iratxe Sorzábal, junto a otras dos personas.

Una de ellas es, según confirmaron a Efe fuentes de su entorno más cercano, el propietario de la casa rural, Pantxo Flores, arrestado en la casa junto a las otras tres personas.

Flores ya fue detenido en septiembre de 2007 dentro de una investigación sobre las vías de financiación de ETA a través de bares.

Entonces, Flores era el responsable del bar Kalaka de Saint Jean de Pied de Port, un municipio próximo a Baigorry, considerado por la Policía el lugar de reunión de un grupo de presuntos implicados en un atentado contra un complejo hotelero de Bidarray.