Theresa May se convierte en la segunda primera ministra en la historia del Reino Unido en el momento más importante para ese país en lo que va del siglo XXI, con su inminente salida de la Unión Europea, su crisis económica (profundizad por el brexit) y una inestabilidad política que tiene a los dos partidos tradicionales, el Conservador y el Laborista, al borde del ridículo.

May, saliente ministra del Interior, tiene la tarea de hacerle frente a una crisis causada por otros, tras la renuncia de David Cameron, su jefe durante seis años, y el cuestionado retiro de los protagonistas del brexit. Por lo que su llegada al poder tiene implicaciones continentales.

Como si fuera poco, en un país en el que una mujer ha gobernado apenas en una ocasión, es inevitable que May gobierne con la sombra de la Dama de Hierro, la ya fallecida Margaret Thatcher, rondándola.

El brexit

Pese a que como ministra del Interior estuvo a favor de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, nunca fue protagonista del bremain. Y de hecho, se especula que su apoyo a este fue por lealtad a David Cameron y no porque fuera una convencida de la UE. Por lo que es vista como alguien que puede mediar entre ambas posiciones. Por eso mismo, su llegada es esperada por la UE que espera iniciar, cuanto antes, el divorcio. «La decisión sobre cómo quiere el Reino Unido que sea su relación futura con la UE corresponde a su Gobierno», dijo la canciller alemana, Ángela Merkel, en un evidente mensaje a May.

La economía

El brexit profundizó la crisis económica que vive el Reino Unido, al producir una fuerte caída en el precio de la libra esterlina, cuyo valor actual es inferior al que tenía en 1985. A inicios de este año, el ministro de Finanzas, George Osborne, había vaticinado que 2016 iba a ser un año de recesión. Y para ese momento el brexit no era una realidad como ahora. La incertidumbre en el Reino Unido ha generado un bloque de los fondos inmobiliarios, dejando a la isla al borde de un corralito. May tendrá que hacerle frente a la crisis económica y lograr que el retiro
de la UE no implique el enfriamiento del mercado con el bloque continental.

La política

La llegada de May se da en un momento en el que los principales partidos del RU, el Conservador y el Laborista, pasan por momentos de crisis. Por los lados del PC, cuando se pensaba que el exalcalde de Londres, Boris Johnson, promotor del brexit, iba a reemplazar a David Cameron, este se retiró de la contienda. Por su parte, el jefe del PL, Jeremy Corbyn, ha sido criticado por su poco protagonismo a favor del bremain. Y, pese al apoyo de los sindicatos, ha recibido el rechazo de los parlamentarios de su colectividad. Y, sin embargo, se ha negado a renunciar. Y es en estas condiciones que May debe convocar a un nuevo gabinete.

De hierro

En un país donde apenas en una ocasión ha habido una mujer en el poder, va a ser inevitable que a May la comparen con la Dama de Hierro, Margaret Thatcher, que, al igual que ella era conservadora y llegó a Downing Street en un momento de crisis. Thatcher impuso su propio estilo, generando partidarios y opositores. Con May ha ocurrido igual: sus declaraciones en contra de la migración, aunque como ministra no pudo reducir la cifra de migrantes. Ha generado controversia, igualmente, por sus declaraciones contra la población musulmana, hasta el punto de ser declarada Islamófoba del Año por la Islamic Human Rights Commission.