Tan pronto como en Venezuela reaccionaba al dramático mensaje del jueves por la noche del presidente Hugo Chávez, en el que anunció que no fueron una sino dos operaciones que se le practicaron en La Habana (Cuba)

y que en la segunda le fue extraído un tumor canceroso, él y su Gobierno redoblaron los esfuerzos por mostrarlo presente, atento a los asuntos del país y en control de su gabinete mientras recupera su salud.
Lo primero fue un video, transmitido el viernes, en el que el mandatario estaba reunido con su Canciller, el Jefe del Comando Estratégico y su hermano Adán, impartiendo instrucciones. Con mejor semblante y voz, la ‘reunión de trabajo’ fue un primer golpe de efecto, de calma ante la tremenda incertidumbre.
Más tarde, hizo una llamada al canal del Estado, Venezolana de Televisión, en la que nuevamente habló de su dolencia y el papel fundamental en la recuperación de su salud que ha tenido el líder cubano Fidel Castro.
Allí reconoció que los ministros conocían desde hace días su cuadro médico y anunció que un grupo de ellos viajará a La Habana para continuar las reuniones del gabinete.
Entretanto, la oposición se concentra en argumentar que el Presidente debe cuidarse, pero sin dejar de cumplir la Constitución, que establece que ante la ‘ausencia temporal’ debe ser el Vicepresidente el que asuma funciones. Un camino en el que difícilmente consechará algo, pues el oficialismo controla el Parlamento.

Pero el hecho incontestable de esta semana es que la imagen de Chávez como hombre todopoderoso y carismático, ha sufrido un golpe.
En el oficialismo se ve la preocupación ante el fantasma de la vulnerabilidad de Chávez.
Y es que esto tiene una incidencia directa sobre la campaña paras las elecciones presidenciales del 2012, y en la que Chávez sería nuevamente el candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Para no mencionar la posibilidad de que una recaída del mandatario obligue a un ‘interinazgo’ para el cual no hay un delfín lo suficientemente fuerte como para sostener sólidos al chavismo y su proyecto socialista por mucho tiempo.
De momento, y presionado por la necesidad de despejar este panorama de incertidumbre, se maneja la hipótesis de que Chávez regresaría cuanto antes, pero mantendría reposo en el Hospital Militar de Caracas o en el Fuerte Tiuna, el asentamiento militar donde está el Ministerio de Defensa y donde suele descansar.
En caso de presentarse a la reelección, queda el interrogante de si esta enfermedad (…) afectará o no la popularidad de Chávez
.
La certeza de que ahora gobernará un Chávez «más calmado» ha levantado rumores sobre posibles cambios en el gabinete, sobre el regreso de figuras como José Vicente Rangel a la vicepresidencia e incluir en el gabinete al otro líder del golpe de 1992: Francisco Arias Cárdenas. Figuras capaces de avivar la llama del chavismo, que, de momento, y políticamente hablando, está en ‘estado de emergencia’.