Llamaba la atención que, a pesar de su nivel descomunal —un rendimiento muy por encima de los demás en el ciclismo colombiano y en las carreras internacionales en las que pudo competir—, Miguel Ángel López no volvía a correr a Europa en el World Tour, la élite del ciclismo mundial. Había rumores de que correría la Vuelta a España, la última grande del año, después de no encontrar rival en la Vuelta a Colombia, pero solo eran indicios, había pocas certezas y ningún equipo se animaba a contratarlo.