Una fiesta ecléctica vivió el pasado jueves el volante Arturo Vidal con un arribo en helicóptero al estadio Monumental, una vuelta olímpica a la cancha en un caballo negro y vestido a la usanza de la leyenda del ‘Rey Arturo’, antecedido de una pachanga con cumbia tradicional y tecno, reguetón y trap, en la presentación a los hinchas de Colo Colo en su regreso al fútbol chileno tras 17 años.

“Mentiría si digo que alguna vez soñé algo así. De verdad que fue maravilloso ver el estadio lleno. No sé si en algún otro país se ha visto algo así”, dijo luego en conferencia de prensa porque cuando tuvo la oportunidad de hablar ante las 35 mil personas presentes, las palabras se le ahogaron entre las lágrimas de emoción.

“Es muy difícil”, logró pronunciar ante el micrófono de pie en el círculo central del campo del equipo albo en la capital chilena, que se colmó para recibir al futbolista de 36 años, que vuelve al equipo con el que debutó como profesional, tras 17 años jugando en el extranjero.

“Estoy agradecido con el pueblo colocolino. Uno cree que a uno lo quieren más afuera que en su propio país, pero hoy veo que no es así y me lo han hecho sentir”, reconoció luego ante la prensa en la conferencia.

La emoción de Vidal fue genuina y se podía advertir desde antes que llegara a su presentación, cuando se proyectó un video en la pantalla del estadio donde comentaba sus sensaciones previas: “Estoy muy nervioso, no pude dormir esperando este día”.

El momento cumbre fue la aparición del helicóptero sobrevolando el estadio y descendiendo sobre el campo para que bajara Vidal.

Luego llegó el caballo y toda la vestimenta, que incluyó una corona de rey y una espada que le dieron en mano y no tuvo que sacarla de una piedra como la de ‘Excalibur’, en la leyenda del rey Arturo de Bretaña, personaje de la literatura europea.

“He sido el primero en andar en caballo aquí en la cancha de Colo Colo”, aseguró Vidal posteriormente, pero no fue el primero en llegar en helicóptero pues el club blanco y negro ya había utilizado el recurso en la ‘Noche Alba de 1999′, una tradicional presentación que en aquella oportunidad fue para el entrenador recién contratado Nelsinho Baptista.

Con su pierna derecha, la de la rodilla operada en septiembre pasado, pateó balones a la tribuna para ofrendar, los hinchas fueron premiados por asistir y entre los regalos dispensados estuvo que 10 personas que podrán almorzar con el ídolo.

A la hinchada, el ‘8′ de la selección chilena también le hizo peticiones y promesas. “Esperamos que el estadio esté así siempre (lleno) y ojalá poder levantar otra Libertadores ¿por qué no?”, afirmó ante los presentes. “Me hago cargo de mis palabras, siempre lo he hecho. Gracias a Dios he ganado mucho, si no hubiese tenido esta personalidad cuando fui a Alemania capaz, estaba aquí más rápido, me tengo confianza y si no se da me hago cargo”, dijo ante la campaña que Colo Colo tiene por delante desde la fase previa de la Copa Libertadores.

“Voy a tratar de agradecer a mi manera, jugando bien y logrando los objetivos que tenemos por delante y lograr todo lo que logré afuera con la ayuda de mis compañeros y el cuerpo técnico”, agregó.

“Olé, olé, olé, Vidal, Vidal”, el coro potente que descendió de las tribunas del estadio enclavado en el barrio Macul brotó las lágrimas de Vidal, que espera retribuir con fútbol tras una lesión que pudo retirarlo