La boricua Elizabeth Delgado Mangual se encuentra desesperada después de que su hija Adriana Benítez, de 13 años, saliera de su hogar en Hartford, Connecticut el pasado viernes y no regresara.

La angustia de esta gurabeña comenzó el 14 de junio a las 10:36 a.m. cuando la menor le anunció que saldría. Lo que su madre no imaginaba era que la pequeña desaparecería en una ciudad que según el Censo del 2010 tiene 124,775 habitantes.

Cuando Adriana, que tiene el cabello rubio, 120 libras de peso y mide 5 pies con 4 pulgadas de estatura, salió de su casa vestía un pantalón marrón y una camisa rosada.

Aunque Elizabeth ha repartido hojas sueltas con los datos de su hija, al momento, ni ella ni las autoridades ha tenido suerte en dar con su paradero.

Aunque no pierde la fe, ya que es una mujer “cristiana”, explica que este incidente ocurrió justo una semana después de que su hija saliera del hospital luego de estar tres días internada ya que sufre del Desorden de Estrés Postraumático.

“Le pido a Dios que mi niña aparezca sana y salva”, expresa Delgado Mangual. La madre, sin embargo, teme que su hija esté siendo manipulada por adultos que le pudieran estar proveyendo drogas.

La sospecha de Delgado Mangual se fundamenta en que según información que le llegó la jovencita fue vista al día siguiente de su desaparición “hablando sola frente a un poste”.

Además, la escuela a la que asiste la pequeña está en una de las peores áreas de la ciudad y en el lugar hay gangas, señala la mujer. Por lo tanto, la preocupación de la boricua es que la menor pudiera estar “secuestrada”.

Para empeorar la situación, la mejor amiga de Adriana también desapareció la semana pasada y las autoridades tampoco han podido dar con ella. La otra menor desaparecida es Eva Méndez y también tiene 13 años. Ambas niñas estudian en la escuela Batchelder en Hartford.

“Las niñas son hermosas y se parecen”, señala Delgado Mangual mientras intenta volver a enfocarse en el caso de su hija.