“Bravo a ellos”. La victoria de Francia en semifinales del Mundial cayó como un jarro de agua fría, a imagen de las tormentas registradas este miércoles en Marruecos, pero los Leones del Atlas se han ganado el corazón no solo del pueblo marroquí, sino más allá de las fronteras del reino.

“Han hecho un gran partido, pero la suerte no estuvo de nuestro lado. Plantamos cara a los campeones, es fabuloso”, se reconfortaba Oussama Abdouh, de 35 años y vecino de Casablanca.“Más allá de la Copa del Mundo, este equipo nos ha hecho soñar hasta el final y solo por eso me quito el sombrero”, añade.

“Hemos perdido la oportunidad del siglo”, se lamentaba no obstante Hakim Salama, otro fan, después de la derrota de su país por 2-0 ante Francia.

El rey Mohamed VI habló por teléfono con el entrenador Walid Regragui, convertido en héroe nacional, y con el capitán Romain Saiss, a los que felicitó por haber “hecho honor al pueblo marroquí”. “Tras su recorrido excepcional (…), el equipo marroquí puede contemplar el futuro con serenidad y continuar soñando y escribiendo nuevos capítulos gloriosos de su historia”, dijo el rey según la agencia de prensa MAP.

En Rabat, en una capital anegada por la lluvia, lejos de las explosiones de felicidad de precedentes éxitos del equipo marroquí, el fantástico torneo de los Leones del Atlas fue premiado con una salva de cláxones y reuniones festivas al son de los tambores.

“Nunca se lo agradeceremos lo suficiente”

En todo el país, en cada tienda se pueden encontrar productos relacionados con el equipo nacional o banderas.“No solo los Leones nos han hecho felices, sino que nos han permitido relanzar el negocio”, se felicita Khalid Alaoui, vestido con los colores de la bandera.

“Las camisetas se venden fácilmente desde la victoria contra Bélgica” en la primera fase, que significó la clasificación para los cruces, donde los marroquíes derrotaron a España en octavos y a Portugal en cuartos, convirtiéndose en el primer equipo africano que alcanza unas semifinales en la Copa del Mundo.

La gesta de los marroquíes ha provocado una fiebre que se ha extendido por toda África y por el mundo árabe. “Marruecos ha hecho que todo el continente se haya sentido orgulloso. He seguido el recorrido de este equipo como si fuera el de mi propio país”, confiesa Sidibey Zoumana, un marfileño residente en el país norteafricano desde 2018.

De Rabat a Gaza, pasando por Dakar, el fervor popular ha acompañado la epopeya de los hombres de Walid Regragui. “Los Leones del Atlas han dado visibilidad a nuestro país, también simpatía. Han demostrado que un país africano puede llegar lejos, ser competitivo”, destaca tras la derrota Said Mouhssine, de 48 años.

La semifinal contra Francia tenía también una carga histórica y de revancha. “Me ha recordado el ambiente durante la independencia de Marruecos”, confesó al diario Le Parisien el popular escritor Tahar Ben Jelloun.