El fiscal David Walgren no titubeó en su alegato final ante el jurado.»Michael Jackson confió en Conrad Murray y pagó con su vida por ello», calificando los actos del médico personal del cantante como «un acto de negligencia criminal», responsable de haberle administrado a su paciente un cóctel mortal de sedantes con una dosis final del anestésico propofol que desembocaron en un paro cardíaco.

«Incluso si se quedan con la versión de la defensa podrán llegar a la conclusión de Murray fue culpable de la muerte de Michael Jackson», prosiguió Walgren, que además acusó al cardiólogo de mentir, esconder evidencias y tratar de salvar su puesto de trabajo a toda costa. «Se mire como se mire, fue un factor sustancial en la muerte de Jackson».

Asimismo, Walgren repasó los testimonios más importantes de las seis semanas de juicio, para llegar a la conclusión de que antes de Murray nunca se había escuchado de un médico que inyectara propofol en un domicilio particular, lejos de un hospital y sin el equipo médico necesario.

«Su comportamiento fue bizarro», aseveró el fiscal. «El hecho de no haber llamado a emergencias de forma inmediata es algo grave, y más si se trata de un médico».

También explicó que Murray, a través de sus abogados, trató de convencer al jurado de que aquella mañana del 25 de junio solo le inyectó 25 miligramos de propofol a su amigo y paciente, «cuando sabemos que en esa casa entraban casi 2.000 miligramos diarios en envíos».

Después, le puso la nota personal y emotiva para impresionar aún más al jurado, refiriéndose al dolor causado por Murray a los hijos de Jackson. «Para Prince, Paris y Blanket este juicio no terminará hoy porque han perdido a su padre».

Su declaración llega en la recta final del juicio, a la espera de que la defensa cierre su intervención y que el jurado se siente a deliberar. Algunas fuentes como TMZ apuntan a que el veredicto podría conocerse incluso mañana viernes. Murray enfrenta una condena de hasta cuatro años en prisión de ser declarado culpable.