Rafael Orozco Maestre, nació en Becerril (Cesar) un 24 de marzo de 195. Llevó al altar a su novia de siempre, Clara Elena Cabello, la mujer con la que tuvo sus hijas, Kelly Johanna, Wendy Yolani y Loraine.

Orozco Maestre se dio a conocer como una alternativa moderna en el canto vallenato, integrando conjuntos de oportunidad con los acordeoneros Julito de la Ossa, y Luciano Poveda, con quienes consolidó su propio estilo, diferente del que en ese momento se imponía en el gusto de los seguidores del vallenato clásico, que estaba representado por los «Playoneros del Cesar», «Bovea y sus vallenatos», Alfredo Gutiérrez, Jorge Oñate, Poncho y Emiliano entre otros.

De manera casual Orozco se encontró con Israel Romero Ospino, «El Pollo Irra», un acordeonero de Villanueva (Guajira) reconocido en toda la Provincia de Padilla. Sólo necesitaron unos cuantos toques y unos cortos ensayos para confirmar el acople armonioso, que de inmediato cristalizó el nacimiento de la organización Romero-Orozco, el «Binomio de Oro».

En su primer trabajo discográfico imponen éxitos como «La creciente» de Hernando Marín, «Momentos de Amor» de Fernando Meneses, «Eterno Enamorado» de Edilberto Daza, «El pataleo» de Poncho Cotes Jr. Y «La gustadera» de Alberto «Beto» Murgas.

El Binomio de Oro, orientado por Rafael Orozco Maestre, su voz, líder, mostró unos elementos básicos en sus presentaciones, que en forma vertiginosa los convirtieron en una agrupación musical de exportación, como sucedió en el mercado de Estados Unidos, Venezuela, México y Centroamérica. Rafel Orozco e Israel Romero formaron la pareja más seria e importante en la historia del folclor vallenato. Impusieron el lenguaje romántico para interpretar canciones vallenatas que sirvieron de aliciente al espíritu de los enamorados.

El 11 de Junio de 1992 cerca de las 9 de la noche Rafael fue solicitado en la puerta de su casa por dos músicos integrantes de la agrupación de Diomedes Díaz, los cuales llegaron con la intención de pedir prestado unos instrumentos musicales, Rafael les solicitó ir con el a la terraza de la casa donde hablarían con más tranquilidad y así no interrumpir la celebración, mientras conversaban, llegó un hombre que le disparó 10 veces, solo una bala no penetró su cuerpo, pues las otras nueve hicieron blanco en distintas partes de su cuerpo incluyendo la cabeza.