La oposición venezolana obtuvo este viernes luz verde para la ratificación de firmas que activarán un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, aunque advertida por el Poder Electoral de que cualquier acto de violencia dará lugar a la suspensión del proceso. Tras una semana de protestas y de convulsión social por la escasez de alimentos, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, anunció que «la validación (de rúbricas) se hará en las oficinas regionales electorales del lunes 20 al viernes 24 de junio».
Sin embargo, al exigir al oficialismo y la oposición «respeto a la integridad» de los funcionarios y sedes electorales, Lucena lanzó una advertencia.
«Queremos decir muy enfáticamente: cualquier agresión, alteración, o generación de violencia conllevará a la suspensión inmediata del proceso hasta que se restablezca el orden, la tranquilidad y el respeto», dijo en rueda de prensa la titular del CNE, organismo al que la oposición acusa de estar alineado con el gobierno.
Tras la validación de firmas con huella dactilar, el CNE se tomará 20 días hábiles para revisar el proceso, hasta el 23 de julio, detalló Lucena.
En un hecho que ya había sido adelantado por la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) -que controla el Parlamento-, el CNE abrió la posibilidad de que los firmantes anulen su firma del 13 a 17 de junio.
La MUD vincula este hecho con las advertencias oficialistas de que los funcionarios del gobierno que firmaron por el referendo deben ser despedidos.
Para activar el revocatorio, la MUD precisa unas 200.000 rúbricas, de un total de 1,3 millones que el CNE certificó.
Los anuncios del Poder Electoral se producen en momentos de tensión creciente. El jueves ocurrieron saqueos en Petare, la mayor favela del país, en el este de Caracas, en tanto que una protesta de opositores que reclaman al CNE la fecha de validación concluyó con la agresión de un grupo de chavistas al jefe de la bancada parlamentaria, Julio Borges.
Aunque las manifestaciones opositoras no son multitudinarias, a diario hay protestas espontáneas en Caracas al agravarse la escasez de alimentos y medicinas, y el costo de vida, pues el país petrolero tiene la inflación más alta el mundo: 180,9% en 2015 y proyectada en 700% por el FMI para 2016.
«La gente sale a saquear porque tiene hambre. No se consigue nada», declaró a la AFP Robert Arcila, un vendedor de huevos de 22 años, quien estaba cerca de un camión cargado de queso y salchichas saqueado el jueves en Petare.
En esa favela, una de las más grandes de Latinoamérica, fueron asaltados otros dos camiones y una decena de negocios entre el jueves y la madrugada de este viernes.
Chavismo, sin perspectiva de triunfo
La oposición exigía que el CNE fijara la fecha de confirmación de firmas para continuar con la segunda fase del proceso, la recolección de otros cuatro millones de rúbricas (20% del padrón electoral), necesarias para convocar la consulta.
La MUD sostiene que el CNE ha dilatado el proceso para evitar que el referendo se haga antes de enero de 2017 -cuando se cumplen cuatro años del mandato presidencial-, pues si se hace este año y Maduro pierde se llamará a elecciones. Si es el año próximo, sería sustituido por el vicepresidente nombrado por el gobernante.
Para el vocero de la coalición MUD, Jesús Torrealba, «es perfectamente posible, desde el punto de vista técnico», que el referendo revocatorio se realice «a más tardar en octubre».
«En este momento el gobierno no ganaría ningún evento electoral. La popularidad deja de ser su variable clave. Se concentrará en la gobernabilidad», afirmó el experto Luis Vicente León, presidente de la encuestadora Datanálisis.
Según Datanálisis, siete de cada diez venezolanos apoya un cambio de gobierno. Para revocar el mandato de Maduro, la oposición necesita más de los 7,5 millones de votos con que fue elegido en 2013 tras la muerte de Hugo Chávez, quien gobernaba desde 1999.
En medio de la polarización, el gobierno y la oposición empezaron acercamientos bajo la mediación de una comisión encabezada por el expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, que trata, a instancias de la Unasur, de sentarlos a la mesa de conversaciones cara a cara.
El gobierno tiene «mucho más para ganar que para perder» con la realización de un referendo este año, afirmó por su parte Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), en una entrevista con AFP.