El jefe de las fuerzas estadounidenses en Medio Oriente pidió este jueves ante el Congreso en Washington que se aumenten las tropas en Afganistán, invirtiendo la tendencia menguante de los últimos años.

Al ser preguntado sobre qué medidas habría que tomar para ayudar al gobierno afgano a recuperar la ventaja sobre los rebeldes talibanes, el general Joseph Votel consideró que «se requieren efectivos (estadounidenses) adicionales para asegurarnos de poder hacer que la misión de ayuda y asesoramiento sea más efectiva».

Votel, quien lidera el comando central de Estados Unidos (Centcom), dijo a la comisión de Fuerzas Armadas del Senado que estaba trabajando en una nueva estrategia para salir del punto muerto en el que se encuentra el conflicto en Afganistán.

El general John Nicholson, comandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, ya había pedido a principios de febrero un aumento de las tropas de la OTAN en el país, e hizo referencia al «bloqueo en el que se encuentran las tropas afganas ante los talibanes».

Según el general Votel, el incremento de los efectivos estadounidenses en Afganistán se está discutiendo entre militares estadounidenses y el secretario de Defensa, James Mattis.

Las posiciones de Donald Trump sobre Afganistán no son conocidas. El nuevo presidente estadounidense habló poco sobre el tema durante la campaña electoral.

Su predecesor, Barack Obama, había prometido retirar las tropas norteamericanas de Afganistán, pero no pudo cumplir sus promesas por el resurgimiento de los talibanes.

Estados Unidos tiene actualmente 8.400 soldados en el país si se incluyen las fuerzas especiales anti-terroristas que combaten a Al Qaida y al grupo Estado Islámico, y sin contar las de la OTAN.

Las tropas afganas continuaron perdiendo terreno en 2016 en beneficio de los islamistas radicales, y sus pérdidas crecieron 35%, a 6.785 muertos en los diez primeros meses de 2016.