167 días tuvimos que esperar para que Donald Trump diera una rueda de prensa y, llegado al momento, una de sus abogadas habló más que él. Lo hizo para anunciar que el presidente electo de los Estados Unidos dejaba en sus hijos su imperio empresarial para no entrar en conflictos de intereses.
Trump, por su parte, no hizo sino decir que si sus hijos no estaban a la altura de ese reto, les iba a decir «estás despedido», parafraseando su famosa frase. De lo que sí habló a profundidad fue de los rumores de que Rusia tiene información confidencial sobre él. Dijo que era mentira y criticó a CNN y a BuzzFeed por darle créditos a esta información.
De hecho, en un momento, se negó a responder las preguntas de un reportero de CNN, al que cayó de forma grosera. Reconoció que Rusia intervino las comunicaciones estadounidenses pero, reiteró, que «cualquiera podría haberlo hecho». Y señaló que, en 90 días, va a presentar un detallado informe sobre cómo evitar el hacking. Y preguntó de forma retórica ¿creen que Hillary hubiera sido más duro con Putin que yo?.
Igualmente, habló sobre su propuesta de construir un muro en la frontera con México; dijo que México pagará, «sea como sea», por este muro y que no va a esperar un año y medio para dar inicio a la construcción de esta valla.
También habló sobre el Obamacare. Dijo que este era un «problema de los demócratas», que él podía dejar que este fracasara para luego reemplazarlo completamente. Pero que «les iba a ayudar a los demócratas» en la tarea de acabarlo. Igualmente habló sobre las decisiones que han tomado algunas empresas automotrices de revertir sus inversiones en México.
«Seré el mayor productor de empleos que Dios haya creado». Finalmente, la rueda de prensa muestra, en parte, lo que van a ser los cuatro años de Trump, discursos llenos de rodeos en los que el presidente va a repetir miles de veces «maravilloso», sin que diga nada en realidad. Y, por supuesto, con algunos insultos hacia la prensa.