Israel intensificó este jueves los ataques en el sur y el centro de la Franja de Gaza, donde se están agravando “el hambre y la desesperanza”, según la ONU, tras más de dos meses de conflicto.

Según constató un periodista de la AFP, se produjeron disparos de artillería durante la noche en varias zonas de la Franja, como Jan Yunis, en el sur del enclave palestino, donde se concentra una parte significativa de los 1,9 millones de gazatíes desplazados. El Ministerio de Salud de Hamás anunció el miércoles que más de 21.100 personas, la mayoría de ellas mujeres y menores de edad, murieron en Gaza desde el inicio de las operaciones militares israelíes.

El Estado judío prometió mantener su campaña para destruir a Hamás, en respuesta a su sangriento ataque del 7 de octubre, que dejó unos 1.140 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de la agencia de noticias, con base en cifras israelíes. El movimiento palestino también tomó unos 250 rehenes, 129 de los cuales continúan cautivos, según Israel.

Las fuerzas armadas del Estado hebreo indicaron este jueves que siguen con los bombardeos en Jan Yunis, donde, según ellas, se encuentra una parte de los milicianos de Hamás. También difundieron imágenes de soldados que avanzan en los túneles excavados por la organización islamista palestina cerca del hospital pediátrico de Al Rantisi, en el oeste de la Ciudad de Gaza. Por su parte, el Ministerio de Salud de Hamás informó de bombardeos, con víctimas mortales, en Nuseirat y Deir al Balah.

Los pedidos del cese de hostilidades

La presión por una tregua creció el miércoles cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, insistió, en una llamada con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en “la necesidad de trabajar por alcanzar un alto al fuego duradero”. Expresó también su “profunda preocupación” por el número de civiles muertos en Gaza, informó su gabinete en un comunicado.

Desde que Israel impuso un asedio al inicio de la guerra, los gazatíes sufren de falta de comida, agua, combustible y medicamentos. El jefe de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, también reclamó una tregua y llamó a la comunidad internacional a “tomar pasos urgentes para aliviar el grave peligro que enfrenta la población de Gaza, que pone en riesgo la capacidad de los trabajadores humanitarios de ayudar a la gente con graves heridas, hambre y expuestas a enfermedades”.

En el mismo comunicado, la entidad dijo que su personal reportó que “personas con hambre, nuevamente, detuvieron a nuestras caravanas con la esperanza de encontrar comida”. Aseguró, además, que “el hambre y la desesperanza” se acentúan en el enclave palestino.

El nacimiento de cuatrillizos en Gaza

Una de las habitantes de Gaza, Iman al-Masry, recientemente dio a luz a cuatrillizos en un hospital del sur del territorio, tras huir de su casa familiar en el devastado norte. La travesía “afectó mi embarazo”, declaró la mujer de 28 años, quien tuvo dos niños y dos niñas por cesárea.

Ella debió desocupar rápidamente su lecho para darle espacio a otros pacientes, pero dejó a uno de sus hijos en el hospital por estar muy frágil para recibir el alta. “Están muy delgados”, dijo en un refugio improvisado en Deir al Balah.

En el cercano campamento de refugiados de Al Maghazi, una escuela de la ONU que sirve de albergue fue alcanzada por un bombardeo. “Ellos te dicen que hay zonas verdes y otras zonas con otros colores. Todo son rumores, no hay zonas seguras en Gaza”, aseguró a la AFP un hombre en la Franja que no se identificó.

La situación también resulta crítica en Rafah, en el sur del enclave, donde hay “cerca de un millón y medio de habitantes”, explicó Nedal Abu Shbeka, propietario de una tienda de colchones. “Hay personas en las escuelas, los campamentos y otros lugares”, lamentó, refiriéndose al elevado número de desplazados.

Los llamados a acabar con los homicidios en Cisjordania

La guerra aumentó el temor de una conflagración regional, con frecuentes escaramuzas mortales entre Israel y Hezbolá, en la frontera con el Líbano, y los ataques de rebeldes hutíes de Yemen contra barcos en el mar Rojo, en solidaridad con Hamás. Todos esos grupos son apoyados por Irán.

Harari, portavoz militar israelí, sugirió una posible “expansión de combates en el norte”, donde ha habido constantes intercambios de fuego entre las fuerzas israelíes y el movimiento islamista Hezbolá desde el estallido de la guerra.

La Guardia Revolucionaria Islámica de Irán advirtió el miércoles a Israel que Teherán o sus aliados tomarán una “acción directa” para vengar la muerte de su comandante Razi Moussavi, ocurrida el lunes en un ataque con misiles en Siria, atribuido a Israel, informó la agencia de noticias Mehr.

La violencia también estalló en Cisjordania ocupada, con más de 310 palestinos muertos por soldados o colonos israelíes desde el 7 de octubre, informó el Ministerio palestino de Salud.

Un palestino murió el jueves por la madrugada durante una incursión del Ejército israelí en Ramala, después de que otros seis perdieron la vida en circunstancias parecidas el miércoles en otra localidad de ese enclave palestino. Naciones Unidas pidió a Israel que “ponga fin a los homicidios ilegales” en Cisjordania ocupada, en un informe que denuncia un rápido deterioro de los derechos humanos en esa zona.

“El uso de tácticas militares y de armas en contextos de mantenimiento del orden, el uso de una fuerza innecesaria y desproporcionada, y la aplicación de restricciones de circulación amplias, arbitrarias y discriminatorias que afectan a los palestinos, son extremadamente preocupantes”, declaró el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, en un comunicado. “La intensidad de la violencia y de la represión no se ha visto desde hace años”, añadió.

Dicha oficina de la ONU indicó que entre el 7 de octubre y el 27 de diciembre murieron en Cisjordania ocupada y Jerusalén Este 300 palestinos, entre ellos 79 niños. De ese total, “las fuerzas de seguridad israelíes mataron al menos 291 y los colonos ocho”, indicó la fuente, que no pudo determinar si la muerte de una víctima fue responsabilidad de uno o de otro.