El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, viajará el miércoles a Israel en una visita de “solidaridad” tras el sangriento ataque de Hamás y para desbloquear la entrega de ayuda a la Franja de Gaza, asediada y al borde de una catástrofe humanitaria. El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, de gira por la región, anunció el martes por la mañana la visita de Biden para “reafirmar la solidaridad de Estados Unidos con Israel y nuestro férreo compromiso con su seguridad”.

El consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo que Biden viajará también a Jordania, donde se reunirá con el rey Abdulá II, el líder palestino, Mahmud Abás, y con el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi.

La visita del mandatario estadounidense será crucial para los esfuerzos diplomáticos que intentan aliviar la agonizante situación de la población en la Franja de Gaza, bombardeada masivamente por Israel como represalia, donde han muerto al menos 2.750 personas. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, prometió “aniquilar” al movimiento islamista palestino, que controla el enclave desde 2007.

En pocos días Gaza se quedará sin comida

Organismos internacionales advierten que los habitantes de Gaza se están quedando sin agua, alimento y combustible. Las tiendas del enclave tienen comida “para cuatro o cinco días” apenas, advirtió este martes el Programa Mundial de Alimentos (PMA). “Quedan 24 horas de agua, electricidad y combustible” en Gaza, había alertado la víspera Ahmed Al Mandhari, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Mediterráneo oriental.

Los bombardeos israelíes, sumados a su orden de evacuar el norte de la Franja de Gaza, provocaron el desplazamiento de más de un millón de palestinos al sur del enclave desde el inicio del conflicto, según la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) Cientos de miles de civiles se hacinan en el sur, cerca de la frontera con Egipto.

Pero el paso fronterizo de Rafah, el único que no está controlado por Israel, que mantiene bajo bloqueo al territorio palestino desde 2006, permanece cerrado. Convoyes de ayuda humanitaria partieron el martes desde Al Arish, en el norte del Sinaí egipcio, rumbo a este puesto fronterizo.

Tras nuevos bombardeos israelíes, periodistas de la AFP en el campo de refugiados de Rafah y en la ciudad vecina de Jan Yunis (sur) vieron cuerpos envueltos en bolsas blancas guardados en un camión de helados. “La situación es más catastrófica de lo que podía imaginar”, dice Jamil Abdullah, un palestino-sueco que esperaba salir antes de tener que dormir en la calle. “Hay cuerpos tendidos en las calles, edificios que caen encima de sus residentes. Hay sangre por todas partes. El olor a muerte está en todas partes”, relata.

En Israel, donde decenas de miles de soldados y reservistas se están concentrando alrededor de la Franja de Gaza y en la frontera norte con el Líbano, unas 500.000 personas fueron evacuadas hacia el interior del país desde el ataque del 7 de octubre.

Más de 1.400 personas murieron en suelo israelí, desde el inicio de la guerra. La mayoría son civiles que fueron asesinados el día del ataque, el más sangriento desde la creación del Estado de Israel en 1948.

La región podría estar “al borde del abismo”, según el rey de Jordania

Un portavoz militar israelí dijo que no está claro si la visita de Biden cambiará los planes de la ofensiva terrestre en la Franja de Gaza. “No creo que esta visita busque impedir” la incursión terrestre, más bien busca “garantizar que Israel tenga todo lo que necesita para defenderse”, aseguró.

Esta operación es de una gran complejidad, ya que el norte del enclave está lleno de túneles, donde Hamás, catalogado como grupo terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea e Israel, esconde armas y combatientes. En su ataque del 7 de octubre, los comandos de Hamás secuestraron además a unas 200 personas, entre civiles y militares, que trasladaron a Gaza.

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El presidente Biden espera “escuchar de Israel cómo desarrollará las operaciones de forma que se minimicen las bajas civiles y se permita la llegada de la asistencia humanitaria a los civiles en Gaza y que no se beneficie a Hamás”, dijo Blinken sobre la visita del miércoles.

Para la Unión Europea, la visita del mandatario estadounidense es “absolutamente necesaria” para que Israel actúe “en el respeto al derecho internacional”, en palabras del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.

Irán, archienemigo de Israel, anunció una posible “acción preventiva” contra el país “en las próximas horas”, si llevaba a cabo su proyecto de ofensiva terrestre en Gaza. El guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, advirtió el martes que “nadie podría detener” las “fuerzas de la resistencia” a Israel, un término que designa a los aliados regionales de la República Islámica (Siria, Hamás, el Hezbolá libanés…), si los israelíes seguían con su guerra.

La tensión crece también en el norte de Israel, en el límite con el Líbano, donde el Ejército israelí mató el martes a cuatro hombres armados que intentaban cruzar la frontera, en un contexto de cruce de disparos con Hezbolá, aliado de Hamás. Si el conflicto se extiende a otros países, toda la región de Oriente Medio “está al borde del abismo”, advirtió el rey Abdulá II de Jordania.