Sucedió en 1972, pero fue en 2023 cuando La Sociedad de la Nieve fue filmada, llevándonos a través de un relato conmovedor que resalta la importancia de la unión y la entrega total para superar desafíos insuperables. El accidente en sí es estremecedor, y el pánico se siente en lo más profundo de las entrañas. Mi deseo sincero es que aquellos seres humanos que realmente partieron estén en el plano del entendimiento.

Los sobrevivientes, atrapados en el asombro, transcurren en la película con un ritmo cronológico lleno de emoción, haciendo difícil tomar aliento. En esta realidad absurda, los mecanismos automáticos avanzan entre un cotidiano irremediable, simulando bienestar y normalidad. “Hay que buscar la batería para hacer funcionar la radio…”: el instinto y la capacidad para sobreponerse después de la fatídica noticia, la interrupción del rescate. Mientras van cayendo los otros y aumentan los muertos. Avalanchas de nieve, la noche que se avecina, hundidos y perdidos, noches crudas, viento, ruido, ruido, hielo. Noche tras noche. Amanece.

Llegando la hora, la que sea, no hay respiro. Regresan de lo inaudito e imposible. Regresan al avión. Se alejan y se van. Y así transcurre lo que se llama vida. La desesperanza es peor que la avalancha.

Se comparó mucho con Viven, otra película de Hollywood de los años 90 centrada en la antropofagia y el accidente. Sin embargo, La Sociedad de la Nieve, con su realismo y crudeza, ofrece una perspectiva única al ser narrada por uno de los no sobrevivientes, Núma. La película grabó algunas escenas en el lugar del accidente, añadiendo autenticidad a la trama.

En esa cuenta de los días, al azar el día 17, uno más, otro cualquiera. Todos, risas, verso, refranes, vida. Una emoción manifestada por todos y cada uno, se convierte en un regalo de la vida. Emoción, alegría. Y la avalancha, como respuesta a ese jolgorio inútil, pereciera un castigo. ¿Por comer carne? Cruel ese momento. Mucho. Espantoso. Muy Hollywood, también. Siento que le sobra música.

El desarrollo de la existencia en medio de la espera ansiosa, temerosa, tal vez terrorífica o bendecida muerte. Cada personaje lleva el rol claro y nos recalca la fragilidad del ser. Y así va el pasmoso calendario, esa cuenta que habrán perdido, el gravísimo no pasar nada, excepto el hielo, el día a la noche, entre el vivir o morir. No son todos, cada vez menos. Son pocos. El límite. Las fuerzas para sobrevivir se apagan. Delirios, tempestades, demonios, fantasmas. Debo decir que siendo una trama anunciada, el saber del suceso, y el final, aún así no da espacio para aflojar la tensión.

Sin embargo, en ese sabido final…

En definitiva, a portas de la Academia, le deseo la mejor suerte al cine de autor y a su idioma.

Ya se han visto varias películas y documentales de esta historia. Añado, ¿Qué tiene de especial? Que es narrada por uno de los NO sobrevivientes, y eso le da otra perspectiva. Impresiona su realismo, su crudeza definitivamente. Un Hollywood tradicional, capaz nos hubiera dado mucha sangre, lugar común de lo que no queremos ver, pero esta película, con insinuaciones, gestos, diálogos, a pesar de la sutileza, causa escozor cuando delicadamente “fulano alimenta en su regazo a perencejo” que está ad-portas de… Toca a fondo un tema moral, lo que es Creer en un Dios, las reglas con las que crían en estas sociedades y en el punto de tener que tomar decisiones, de vida o muerte, es ahí donde surge la encrucijada de tener que escoger.

Sigo pensando que el arte transforma, el solo hecho de invitar a la reflexión ya es el inicio. Por eso creo también que es un trabajo que invita al pensamiento y darse cuenta de la generosidad, la bondad que el ser humano tiene en su ADN y de lo que es capaz, desde su más honesto ser. Darse cuenta, solo con ver una película, de qué tanto somos capaces de ayudar al otro. Ese tan complejo y difícil principio del compartir.

Por último, no puedo dejar de resaltar a los actores que logran la gran verdad, y tienen un tono y nivel absolutamente justo. La dirección maravillosa, la foto, la producción de gran calidad. Además, lo hermoso que tiene esta versión, insisto, es, uno, su narrador, y dos, el darse cuenta de que la decisión de vivir o morir está basada únicamente en los prejuicios morales con los que haya sido criado. Hacer que eso genere inquietudes, que cale en la gente a través de imágenes y diálogos me parece todo un reto. Todo esto y más lo transmite la película con diálogos, silencios, gestos, imágenes, la verdadera magia del cine. Esto sin tener que recurrir en extremo al sin fin de efectos y “modernidades tecnológicas” que nos invaden hoy en día.

Aparte, si hablamos del atractivo de sus imágenes naturales, es una belleza. Porque esa es otra, ¡qué paisajes! Paisajes que arrastran en la delicia y el martirio. Hoy en día se sabe que hasta hay excursiones turísticas para ir a visitar el lugar. Cabe mencionar que lamentablemente los familiares trataron muchos años de recuperar sus cuerpos, una hazaña creo imposible. Tal vez por eso, entiendo que no les fue permitido. Ahora es como un “campo santo”.

“La Sociedad de la Nieve” nos lleva por una narrativa conmovedora que destaca la importancia de la unión y la entrega total para superar desafíos insuperables. Núma, convertido en un faro de esperanza, irradia una determinación y valentía extraordinarias al enfrentarse a lo implacable de las montañas. Su historia se entrelaza con la de sus compañeros, creando un hilo de valentía y solidaridad en medio de condiciones extremas. Su sacrificio nos deja una lección profunda: en la sociedad de la nieve, la unión y la determinación pueden prevalecer ante cualquier adversidad. En contraste con otras versiones de la historia, es Núma quien emerge como la voz que nos brinda una lección de vida, a pesar del trauma vivido por los sobrevivientes. La elección de Pablo Vierci de destacarlo como protagonista y narrador resalta su singularidad. Núma, más que un superviviente, se convierte en un símbolo de la capacidad brava de la humanidad para enfrentar límites inimaginables y renacer frente a la adversidad más extrema.

Creo que el hecho de que este director opte, y decidido cuente con una narración, en voz de uno de los sobrevivientes, es hermoso, un homenaje a Numa. Protagonista. Porque además Numa no era jugador del equipo. Él fue porque “vida solo hay una”.

*Jenniffer Steffens

Afortunadamente no me tengo que montar en un avión mañana…