Una modesta hoja de papel blanco tamaño A4 se convirtió en el símbolo de las históricas protestas en China contra la política de “covid cero”, ante la represión del gobierno que ha censurado los comentarios sobre las manifestaciones en las redes sociales del país.

En Beijing y Shanghái, epicentros de las protestas que exigen el fin de las restricciones por la pandemia y la dimisión de Xi Jinping, cientos de personas se movilizaron con hojas blancas en las manos el fin de semana. En un video se puede observar a decenas de estudiantes sosteniendo pedazos de papel el campus de Nanjing y Xi’an mientras guardaban silencio de pie.

Las marchas se dieron en medio de las vigilias para conmemorar a las víctimas de un incendio en Urumqi, una tragedia en la que la política de “covid cero” dificultó las tareas de rescate y que es considerada la catalizadora de las manifestaciones.

El uso de papel blanco para manifestar el inconformismo con el gobierno chino y movilizarse en contra de este no es una tendencia nueva. Los primeros en usar este símbolo fueron los hongkoneses en 2020, que usaron hojas blancas para protestar contra las leyes de seguridad nacional adoptadas en 2020 en Hong Kong.

Los manifestantes de Hong Kong, así como los que se encuentran ahora en China, sostienen que las hojas son un gran elemento para protestar, pues los protegía, en teoría, de la represión de las autoridades.

“¿Me van a arrestar por sostener un cartel que no dice nada?”, le manifestó una ciudadana a la BBC.

Por esta razón, las protestas han sido bautizadas por algunos medios de comunicación y manifestantes como la “Revolución A4″. Estas demostraciones de descontento son las mayores registradas desde las protestas estudiantiles de 1989 que desembocaron en la masacre de Tiananmen.

“Abajo el Partido Comunista y Xi Jinping”, arengan los manifestantes.

El lunes, el fabricante de papel Shanghai M&G Stationary tuvo que salir a desmentir los rumores que aseguraban que se habían retirado todas las resmas de papel A4 de las estanterías por motivos de “seguridad nacional”. La compañía publicó un aviso de emergencia en la Bolsa de Valores de Shanghái asegurando que lo que circulaba era un “documento falso”.

La máquina de censura gobierno chino ha hecho lo posible por asfixiar las protestas y desinflar el movimiento ciudadano. Decenas de millones de publicaciones han sido filtradas de los buscadores de Internet en el país para hacer más difícil el acceso a la información sobre las protestas, lo que ha obligado a millones a saltar la “Gran muralla electrónica” a través de redes privadas virtuales (VPN) para acceder a la información. A pesar de los intentos de censura, las demostraciones de descontento continúan.

Pero no se trata solo de hojas blancas. En la Universidad de Tsinghua, algunos manifestantes sostuvieron papeles con las ecuaciones de Friedmann garabateadas, en las que el físico ruso explicaba cómo evoluciona el universo con el tiempo. Esta fórmula, dicen los manifestantes, es entendida como un juego de palabras con la frase “hombre libre”.

El papel blanco se posiciona como otro emblema de la protesta moderna, así como ocurrió con los paraguas en Hong Kong, los patos de goma en Tailandia, las flores en Bielorrusia o los sartenes en Colombia.

En otros lugares de China, los manifestantes han cantado el himno nacional en sus concentraciones como método de protección para evitar ser acusados de movilizaciones antipatrióticas o de que su movimiento es instigado por fuerzas extranjeras.

Los manifestantes también han usado la música en su protesta. En una residencia universitaria se observa a estudiantes cantando la canción “Océanos sin límites, cielos inmensos” del grupo pop cantonés Beyond, una oda a la libertad que también adoptaron los manifestantes prodemocráticos de Hong Kong antes de la pandemia.

El Diario del Pueblo, medio estatal, publicó el lunes un inusual artículo en el que advertía sobre la “parálisis” y el “agotamiento” frente a la estrategia de “cero covid”, pero sin reclamar que se le pusiera fin.

“La gente llegó a un punto de ebullición porque no hay una dirección clara para terminar con la política de cero covid”, declaró a la AFP Alfred Wu Muluan, experto en política china en la Universidad Nacional de Singapur.

“El partido subestimó el enojo popular”, concluyó Wu Muluan.