Un 28 de noviembre, pero del 2016, el fútbol mundial vivió uno de sus días más tristes. Chapecoense, que días atrás había logrado una histórica clasificación a la final de la Copa Sudamericana, viajó a Medellín para enfrentar a Atlético Nacional en el arranque de la serie por el título.

“Este martes, el momento más difícil de la historia del Chapeconese completará siete años. La fecha aflora la nostalgia, pero también se convirtió en un marco para el cultivo de buenos recuerdos y para la demostración del cariño y respeto a la memoria de los que nos dejaron”, publicó el club brasileño en sus redes sociales.

Chapecoense abrirá su estadio, el Arena Condá, para que sus aficionados se acerquen aa expresar sushomenaje, dejar una ofrenda, rezar o tener un momento de reflexión en el marco de esta fecha tan cargada emocionalente para dicha institución.

La tragedia en La Unión

El avión que transportaba al plantel brasileño a Medellín para encarar la final de la Sudamericana se estrelló en el municipio de La Unión (Antioquia). En el accidente perdieron la vida 71 personas, entre ellas 19 jugadores, 14 miembros de la comisión técnica y nueve directivos.

El vuelo 2933 de LaMia había partido desde Bolivia, sede de la aerolínea, y se dirigía al aeropuerto internacional José María Córdova, en Rionegro. En Cerro Gordo -a 40 kilómetros del destino-, ahora llamado Cerro Chapecoense en honor a las víctimas, ocurrió el siniestro.

Nacional, su rival en la final de la Sudamericana, decidió que el mejor homenaje que le podían hacer al cuadro brasileño era otorgarle el título y esa fue la solicitud que le hizo a la Conmebol, que aceptó días más tarde. Por el gesto, la institución verdolaga recibió el premio Centenario Conmebol al juego limpio.

A la hora en la que se debía jugar el partido, los hinchas del verde paisa y su plantel se dirigieron al Atanasio Girardot para mostrar su respeto al Chapecoense y las víctimas del siniestro. Todos llevaron flores. Los aficionados colombianos presentes cantaron en Medellín “Vamos, vamos, Chape”, una de las barras del que habría sido su rival esa noche.

“Es un día triste, es un dolor fuerte. Los que vivimos el día a día con esta situación, pues nos duele mucho por lo que significó la ilusión de este grupo de jóvenes que venían con el desafío. Ese accidente los privó de disfrutar del juego”, dijo Reinaldo Rueda, D.T. verdolaga, en los actos de homenaje.

En los días posteriores, la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) y los organismos de Medicina Legal trabajaron para la identificación y traslado de los restos mortales de las víctimas, quienes eran en su mayoría brasileñas, pero también hubo fallecidos de origen boliviano, paraguayo y venezolano.

El 2 de diciembre la FAC aterrizó en Chapecó, donde los esperaban los familiares de los futbolistas y Michel Temer, entonces presidente de Brasil. En el estadio Arena Condá tuvo lugar el funeral de los jugadores, cuerpo técnico, periodistas y directivos que perdieron la vida en Antioquia.

En los días posteriores a la tragedia, se llevaron a cabo cientos de homenajes alrededor del mundo en solidaridad con el Chapecoense. El club se reconstruyó con sus futbolistas de las fuerzas básicas y con cesiones de otros equipos brasileños. En la actualidad juegan en la Serie B.

La investigación del accidente

Las investigaciones sobre vuelo 2933 de LaMia revelaron que el avión iba corto de combustible y con sobrepeso. La tripulación no informó al control aéreo de la escasez de combustible sino hasta el último momento y tampoco cumplieron el plan de vuelo.

Entre los fallecidos estaba Miguel Alejandro Quiroga Murakami, piloto del vuelo 2933 y uno de los dueños de la aerolínea. El peritaje lo señaló como uno de los responsables del siniestro. Las autoridades bolivianas juzgaron y arrestaron a otros directivos de LaMia y confiscaron sus aeronaves.

Entre los seis sobrevivientes hubo tres futbolistas: el lateral Alan Ruschel, el arquero suplente Jakson Follmann y el central Hélio Neto. También fueron rescatados un periodista Rafael Henzel y dos miembros de la tripulación: la sobrecargo Ximena Suárez y el técnico de vuelo Erwin Tumiri.

El portero titular del Chapecoense, Danilo Padilha, salió con vida de Cerro Gordo y fue trasladado al hospital de La Ceja. Allí pudo hablar por teléfono con su esposa. Sin embargo, cuando lo operaban, falleció como consecuencia de sus heridas.

Mucha recordación tuvieron las palabras que dio Caio Junior, estratega del Chapeocoense, cuando su equipo clasificó a la final de la Copa Sudamericana. “Si muriera hoy, moriría feliz”. Para el modesto club de Chapecó, una ciudad pequeña con más de 200 mil habitantes, ese era el mejor momento de su historia deportiva.

La institución modificó su escudo para incluir dos estrellas en modo de homenaje a sus futbolistas: una blanca en la parte superior, como campeón de la Copa Sudamericana, y otra dentro de la letra «F» que recuerda a los 19 futbolistas fallecidos.