La activista iraní por los derechos de la mujer, Narges Mohammadi, galardonada con el Premio Nobel de la Paz, envió un mensaje de agradecimiento desde su celda en Teherán: “La victoria no será fácil, pero es algo seguro”.

En este mensaje, leído en francés por su hija -Kiana Rahmani- y difundido en el sitio internet oficial Nobel, la activista y periodista de 51 años expresa su “más sincera gratitud” al Comité Nóbel noruego, al mismo tiempo que critica una vez más la obligación impuesta a las mujeres en Irán de llevar el velo y ataca enérgicamente a las autoridades iraníes.

“El hijab obligatorio es la principal fuente de dominación y represión en la sociedad, con el fin de mantener y perpetuar un gobierno religioso autoritario”, declara por medio de su hija de 17 años, refugiada en Francia junto al resto de su familia.

Arrestada en 13 ocasiones, condenada cinco veces a un total de 31 años de prisión y 154 latigazos, y de nuevo encarcelada desde 2021, Narges Mohammadi es una de las principales caras del levantamiento “Mujer, Vida, Libertad” en Irán.

Este movimiento, severamente reprimido, fue provocado por la muerte, el año pasado, de una joven kurda iraní de 22 años, Mahsa Amini, después de su arresto en Teherán por no respetar el estricto código de vestimenta islámico.

“Nos esforzamos por la solidaridad y la fuerza de un proceso no violento e imparable para superar este gobierno religioso autoritario y reavivar el honor de Irán y la dignidad humana”, subraya desde la cárcel de Evin.

Se desconocen las circunstancias en que la activista logró transmitir su mensaje.

El Comité Nobel le otorgó el prestigioso Premio de la Paz el 6 de octubre alabando “su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y su lucha por la promoción de los derechos humanos y la libertad para todos”.